En esta ocasión, no seré yo quien de paso a esta gran figura de nuestra jota, sino su hijo César Rubio Belmonte, gran amigo que me ha cedido estas palabras para introducir un homenaje que, sin duda, le enorgullece por su padre.
Nació en Caminreal (Teruel), en la ribera del río Jiloca, cuyas aguas parecen templar las gargantas haciendo de esta tierra solar de grandes joteros.
En 1960 emigró junto a su familia a Puerto de Sagunto (Valencia), buscando nuevas oportunidades. Allí recaló en el Centro Aragonés, donde se encontraba el caldo de cultivo para el desarrollo de una afición que, además de reportarle mucha felicidad, le permitiría tender un puente hacia la tierra que tanto añoraba. En 1962 debutaba en las Fiestas del Pilar del Centro Aragonés.
En los años 70 cosechó importantes premios en concursos de Jota por toda la provincia de Teruel y en Madrid. Aunque nunca se decidió a dar el salto a la profesionalidad y se conformó con cultivar esta afición durante 50 años, por el momento. En 2008 sacó a la luz el cd “¡Qué gozo cantar la Jota!”, un trabajo que incluye 36 jotas de estilo y 6 rondaderas que han conformado parte de su repertorio.
Ha dedicado más de 20 años a la enseñanza de la Jota en el Centro Aragonés del Puerto de Sagunto. Le llena de orgullo y satisfacción el progreso de su escuela y alumnos que este mismo año sacaban a la luz, en compañía de Juanjo Almarza, el cd “La jota es…”.
En Agosto de este mismo año fue reconocido como hijo predilecto de su pueblo: Caminreal.
Este sábado pasado, 1 de diciembre, su Centro Aragonés le tributó un homenaje por sus 50 años de carrera jotera.
Os dejamos pues, con el gran maestro Vicente Rubio.
Os dejo el enlace a la entrevista completa en el blog del Grupo d’Aragón